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lunes, 16 de mayo de 2016

Amparo Carvajal: “Cuando decidí quedarme en Bolivia, cambié mi vida”, por Lucy A. Rossi S.

Llegó a Bolivia con la orden Mercedarias Misioneras de Bérriz, visitó cárceles, defendió a los más humildes, compartió lo que tenía y decidió quedarse en el país. Desde entonces han pasado 45 años, en los que ha dedicado su vida a defender los derechos humanos, desde tiempos dictatoriales hasta los actuales. 


Una computadora, una cómoda antigua bien conservada sobre la que está un televisor, algunos adornos y un portarretrato con una foto antigua de su familia, en la que se observa a sus padres posando junto todos sus hermanos; una mesa de noche hecha de mimbre y un catre cubierto con una colcha tejida de colores. Es el dormitorio de un pequeño departamento de la zona de Sopocachi, donde vive Amparo Carvajal Baños, la actual Presidenta de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de La Paz (APDHLP).

Su lento caminar anuncia que por ella han pasado los años, pero en cuanto empieza hablar una energía se apodera de ella, mostrándose incansable como si aún tuviera los 30 años con los que llegó a Bolivia, como parte de la orden Mercedarias Misioneras de Bérriz. 

Soy hija de una dictadura

“En el país vasco, trabajando, me di cuenta de lo que la gente había sufrido en la guerra y cómo estaba en el exilio. Yo llego (a Bolivia) el 71 y el dictador franco muere el 76, yo nazco cuando termina la guerra civil española, o sea, yo soy hija de una dictadura. Entones siempre he dicho que el país vasco para mí ha sido como un despertar, ha sido un kínder, un preescolar; cuando yo llego a Bolivia había golpeado Banzer y ahí empieza la escuela política mía”, cuenta Amparito, como la llaman quienes la conocen y tienen amistad con ella.

Llegó a Bolivia en noviembre de 1971 y pasó su Navidad visitando cárceles. Al año siguiente empezó a desempeñarse como profesora y directora de una unidad educativa, a la par de su labor humanitaria en defensa de los más humildes y de los presos políticos que en ese entonces llenaban los centros de reclusión del país. 

“Cuando decidí quedarme en Bolivia, cambié mi vida. Mis compañeras (de la orden) no entendían cómo podía andar sola y visitando cárceles. Lo que yo más admiro es que me reconocen (en Bolivia) la permanencia indefinida y la titulación. Entro como directora en la Escuela Fernando Bravo como directora para llevar una escuela, tenía y me gustaba el compromiso con los niños. Viajé dando cursos con mejoramiento docente, dando clases de psicología y pedagogía. Venía tan cargada de emociones y vivencias tan humanas que eso me daba una tranquilidad, cuando se fueron (las mercedarias) y me quedé, nunca me sentí sola”, dice la activista de los derechos humanos.

Historia de vida

 “Tengo una computadora y cada día entro en Word y digo empezaré a escribir y siempre me tropiezo. Hay que saber escribir y cuando me preguntan si todas las experiencias las tengo guardadas, les digo que sí, que las tengo bien guardadas en mi mente” 

Verónica Sánchez, activista de la Asamblea, afirma que “Amparo es una persona entregada a defensa de los derechos humanos de las personas más vulnerables, lo admirable es su consecuencia. Ella con sus 77 años es un ejemplo a seguir, hay que escucharla, ahora que tenemos la oportunidad de hacerlo. Yo creo que las nuevas generaciones tendrían que aprender a mirar gente como ella, porque hace lo que dice y dice en consecuencia con lo que hace; y eso ya es una virtud en extinción; todavía hay gente como ella que puede dar testimonio de vida.

Al referirse a la APDHLP, la activista señala que “en cualquier gobierno se ha denunciado las violaciones a los derechos por parte del Estado, pero como nunca antes, durante la gestión de Evo Morales esta situación ha querido afectar la vida orgánica de la Asamblea, porque nosotros venimos haciendo el mismo trabajo de siempre: difusión de los derechos y denuncias. Eso lo venimos haciendo desde 1976, pero hoy día, el gobierno no acepta las denuncias que hacemos, porque en el discurso se muestran defensores de los derechos, pero en la práctica no lo hace. Y quien denuncia es la Asamblea de Derechos Humanos, por lo tanto, la Asamblea se ha convertido en un verdadero escollo, por lo que ha intentado intervenir (la APDHLP) utilizando grupos de choque, mal utilizando a los movimientos sociales afines al gobierno y claro arremeten contra la Asamblea de la peor manera”

Carvajal ha sido reelecta como Presidenta de la APDHLP, como resultado del XXI Congreso Ordinario desarrollado a finales de marzo. Esta institución, que viene denunciando las violaciones de los derechos en tantos casos emblemáticos como Caranavi, Chaparina, Apolo y tantos otros, así como casos particulares.  

Datos

En su Informe Anual (2015-2016) que realiza Amnistía Internacional da cuenta que los atropellos a los DDHH continúan en el país en temas como la impunidad de las víctimas de las dictaduras (1964-1982); la ausencia de un mecanismo independiente que registre e investigue las denuncias de tortura, como el caso de Juan Bascopé; la no aplicación de la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional Plurinacional en 2014 que suprime la obligación de obtener autorización judicial para abortar en casos de violación; la investigación de la represión de Chaparina; la amenaza del gobierno de expulsar a Organizaciones No Gubernamentales (ONG), por denunciar la violaciones de derechos por parte del Estado y las deficientes instalaciones higiénicas, el acceso a atención de la salud y al suministro de alimentos y el hacinamiento en las centros penitenciarios. 

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