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lunes, 16 de mayo de 2016

Dionicio Núñez, el eterno defensor de la coca de Yungas, por Clelia Choque Jallaza

Es dirigente sindical. Fue diputado, viceministro y un vocero de la no estigmatización de la coca a nivel internacional. Estuvo preso acusado por la ministra Nemesia Achacollo, pero el fiscal desestimó el caso.


Ni la conspiración política contra su trayectoria sindical pudieron detener la estrategia de promoción de la hoja de coca en Bolivia y en el exterior que lleva adelante Dionicio Núñez, un reconocido líder indígena del sector cocalero de los Yungas, y actual secretario general de la Central Agraria de Charia en el municipio de La asunta, provincia Sud Yungas de La Paz.

Este dirigente cuenta con dos catos y medio de plantaciones de coca, extensión que se encuentra dentro de lo establecido por el convenio firmado el 18 de septiembre de 2008 entre dirigentes de las provincias Sud, Nor Yungas e Inquisivi con autoridades de gobierno.

“Soy casado con Margarita Patzi, con quien llevo más de 20 años de matrimonio  y tengo dos hijos, y son estudiantes universitarios”, cuenta Núñez sobre su familia. Tiene 59 años, es un destacado activista yungueño que por más de 20 años luchó y lo continúa haciendo para que la hoja de coca no sea estigmatizada en el mundo, menos en nuestro país, haciendo una representación sindical en sus inicios y luego como diputado nacional, asesor de la comisión coca de la Asamblea Constituyente en Sucre y por último como Viceministro de Coca y Desarrollo Integral.

A muy temprana edad se interesó por la formación política, cuando todavía era un estudiante de colegio, cuando conoció a Juan Rodríguez, un profesor que según comenta, era un personaje a quien le gustaba impartir clases sobre idealismo, materialismo y otros temas de política. A principios de los años 80 reunía a muchos jóvenes de diferentes establecimientos educativos los fines de semana para hablarles de filosofía, hasta que un día sin explicación alguna, calló su voz. Supuestamente, fue un accidente, pero las sospechas de que pudo ser un atentado siguen vigentes.

Con el conocimiento de formación política, Núñez ingresó a la carrera de agronomía en la UMSA. “Cursé hasta el tercer año de la carrera, pero jamás me imaginé que un viaje que realicé en ese entonces a los Yungas de la Paz, habría de permitir que las cosas cambien en mi vida, involucrándome en el sindicalismo, además que en ese entonces mi familia no contaba con  los recursos económicos suficientes para que pueda continuar, por tanto tuve que quedarme en los Yungas a trabajar y hacer dirigencia”, cuenta.

Cuando los cocaleros de los Yungas de La Paz atravesaron por momentos difíciles, críticos ante los gobiernos neoliberales o de derecha, Núñez y otros dirigentes fueron los que salieron al frente para frenar la intención de querer destruir definitivamente las plantaciones de hoja de coca en los Yungas. 

Núñez fue uno de los fundadores de del Concejo de Federaciones Campesinas de los Yungas de La Paz (COFECAY) y esa trayectoria concluye en el año 2003 como secretario ejecutivo de la organización, fecha en que empieza una nueva etapa, la de ser político. A sugerencia de los cocaleros de base, llega a ser nominado a diputado nacional por el MAS-IPSP, al igual que Evo Morales, que era representante del Trópico de Cochabamba,  lo que permite a los cocaleros de los Yungas tener representación en el Congreso Nacional de ese entonces.

Núñez cuenta que conoció al presidente Evo Morales en los años 80, cuando tenía el cargo de secretario de Organización  de la Federación de Campesinos  Choquechaca La Asunta, de la provincia Sud Yungas. Ambos tuvieron experiencias únicas en defensa de la hoja de coca en Bolivia.

Dionicio Núñez continúa su trabajo en defensa de la coca y es un referente en la cruzada por demostrar que la coca no causa ningún daño.

Muchos estudios científicos demostraron en reiteradas oportunidades  la utilidad de la hoja de coca. En 1975 investigadores de la Universidad de Harvard llegaron a la conclusión que su valor nutricional es comparable a la de la quinua, maní, trigo y maíz, por tanto es considerada como un alimento  ideal debido a la abundante fibra dietética, vitaminas y baja cantidad de calorías.

El activista de la coca viaja por diferentes lugares del mundo, brindando conferencias sobre los movimientos cocaleros en Bolivia, su producción, mostrando productos industrializados de la hoja de coca e informando que la hoja milenaria en su estado natural no es dañina para la salud.

“Todo este propósito que realizo hasta el momento por la hoja de coca, lo he hecho por convicción sin ayuda del Estado, sino por invitación de organismos internacionales que se interesan por evitar que la hoja de coca continué siendo estigmatizada”, relata.

Cuando asumió el último cargo en la función pública como Viceministro de coca y Desarrollo Integral, Núñez fue  destituido  por la entonces ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo,  a causa de un supuesto desvío de fondos, caso que luego sería desestimado por el fiscal. 

En el proceso de detención en celdas judiciales, a Núñez se le vulneraron sus derechos como ciudadano, al insistir a que se quedara preso tomando en cuenta que no hubo necesidad para que permaneciese en ese lugar, indica su abogado, Gabriel Carranza, también ex dirigente con trayectoria en el sindicalismo.

Este hecho inesperado no frenó sus propósitos de continuar con la lucha  en contra de la estigmatización de la hoja de coca.

La hoja de coca es una planta que fue descubierta por los nativos sudamericanos hace 4.500 años. Masticaron las hojas de coca como alimento y ello les permitió mantenerse vitales por muchos años, les atenuó el cansancio y el hambre, y sin que ellos se enterasen les represento un suplemento vitamínico y mineral, y como analgésico en dolores del cuerpo.

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