Hay reporteros que incurren en la práctica de recibir regalos, lo que está reñido con los códigos de ética de la profesión.
Hace tiempo que muchos sectores de la sociedad civil vienen observando el desempeño de la ética en la función periodística en el país, resultando paradójico que quienes observan a diario el trabajo que cumplen las instituciones públicas y privadas ahora son los observados.
Las actitudes que más críticas reciben y afectan al deterioro de la ética del periodista en su función habitual - haciendo además que - se lo considere poco respetable en nuestro medio, están relacionadas con las siguientes frases dichas por algunos trabajadores de la información: “que cosita nos van a invitar en la conferencia de prensa que va a brindar el ministro”, “nos esperarán con salteñitas y refresquitos”, me lo vas a guardar para cuando llegue”, “que cosita nos van a regalar a fin de año para la evaluación de gestión que haga el ministro” o “si nos llevan de viajecito no les daremos palo en la nota de prensa que saquemos en nuestro noticiero”.
Dichas acciones van en contra del Código de Ética de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), que en el punto seis señala que “detrás de regalos e invitaciones a periodistas, generalmente hay un marcado interés en que por lo menos se divulgue la información que le interesa al interlocutor. Debería rechazarse todo regalo, especialmente cuando tenga un valor significativo. Las invitaciones de fuentes gubernamentales o instituciones a viajes para coberturas de acontecimientos noticiosos pueden condicionar la independencia del periodista y del medio. Los medios deberían hacer el mayor esfuerzo para pagar los gastos de viajes de sus periodistas, quienes jamás deberían recibir pago que no sea el de su medio, por publicación de noticias. Lo contrario será soborno y corrupción”.
Lo indicado anteriormente, también está reñido con el Código de Ética Periodística del Consejo Nacional de Ética, que en el apartado indica que los periodistas no deben “recibir remuneración, obsequio o prebenda alguna de instituciones o personas públicas o privadas que frecuenten en el ejercicio del periodismo”.
El Vicepresidente del Consejo Nacional de Ética, Mario Maldonado, hizo notar que en persona comprobó que mucha de esa gente que actúa de esa forma poca ética y vergonzosa y a “título de periodista”, es empírica y no tiene las bases mínimas de formación académica y sentido de responsabilidad para ejercer de manera cabal la profesión de periodista.
Indicó que ese tipo de actitudes no pueden ser toleradas al interior del gremio periodístico, debiendo ser denunciadas por las instituciones afectadas ante el propio medio de comunicación social y paralelamente a las instituciones periodísticas que controlan la ética profesional de dicho oficio.
De acuerdo al Consejo Nacional de Ética Periodística de Bolivia, hasta la fecha no se recibió este tipo de denuncias que por supuesto llegan a afectar a la dignidad y respeto hacia esta profesión.
El Secretario Ejecutivo de la Federación del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz, Edgardo Vásquez, prefirió no emitir opinión alegando que se encuentra en reunión muy importante.
Jorge Rocha, reportero radial de muchos años de recorrido en el rubro, admitió que “este tipo de casos se dan por diferentes factores, como es el caso de que los sueldos son muy bajos en los medios de comunicación social en especial en los radiales a lo que se debe sumar que en muchas ocasiones y de manera seguida con el actual gobierno las conferencias de prensa se las hacen a tempranas horas de la mañana, situación que afecta a que muchas y muchos colegas no se alimenten bien en la hora del desayuno”.
En cambio para Juan Cori, reportero televisivo, comentó que estas malas conductas que hacen quedar mal a la profesión, vienen desde el hogar, porque “no hay que olvidarse que lo ético se lo adquiere en la familia y no así en la escuela u otros centros de formación”.
El investigador canadiense Jhon Virtue, especializado en ética periodística, mediante un centenar de estudios de casos en encuentros con más de un millar de estudiantes y periodistas en 13 países de Latinoamérica, identificó tres categorías de comportamiento antiético, siendo que la primera está referida al pago ilícito a los periodistas, regalos, conflictos de intereses o uso indebido de influencias que están relacionados con el presente tema.
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